James Barber, de 64 años y condenado por la muerte a golpes de una mujer en 2001, se convirtió en el primer reo en Alabama en ser ejecutado por inyección letal, desde que la gobernadora Kay Ivey frenó las aplicaciones en noviembre pasado, a fin de realizar una revisión interna debido a las dificultades para insertar las vías intravenosas en las venas de los condenados.
La ejecución se aplicó la madrugada de este viernes, a pesar de la demanda que previamente interpuso Barber, en relación a que la inyección letal podría suponer un castigo cruel e inusual.
“El fiscal general Marshall autorizó que la ejecución comenzara a la 1:34 a. m. (hora local). La hora de la muerte de Barber fue la 1:56 a.m.”, señala el comunicado de la oficina del fiscal estatal Steve Marshall.
“Se ha hecho justicia. Esta mañana, James Barber fue ejecutado por el terrible crimen que cometió hace más de dos décadas: el asesinato especialmente atroz y cruel de Dorothy Epps”, agregó el funcionario.
Barber fue condenado en Alabama en 2003 por golpear hasta la muerte con un martillo a Dorothy Epps, de 75 años, durante un robo ocurrido en 2001.
Los fiscales dijeron que el acusado, que conocía a la hija de Epps, confesó haberla matado con un martillo y huido con su bolso. Los jurados votaron 11-1 para recomendar una sentencia de muerte, que impuso un juez.
Cabe recordar que la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, decretó una moratoria a las ejecuciones el año pasado por unos problemas surgidos con las inyecciones letales.