Una nueva investigación pública sobre la decisión del gobierno de Canadá de usar poderes de emergencia para despejar a los manifestantes del ‘Freedom Convoy’ reveló que la Administración Biden hizo varias llamadas a Otawa en un esfuerzo por abrir las vías de suministro que estaban obstruidas.
Según dio a conocer Politico, la ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, en un correo electrónico a su personal después de una llamada telefónica del 10 de febrero del director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Brian Deese, escribió “están muy, muy, muy preocupados”, además de recordar su preocupación urgente por los bloqueos fronterizos.
Freeland también indicó a través de aquel correo electrónico que si no encontraban una solución al problema habría consecuencias “si esto no se resuelve en las próximas 12 horas, todas sus plantas de automóviles del noreste cerrarán”.
También se dio a conocer que el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, llamó al ministro de Transporte, Omar Alghabra, para ejercer presión y llegar a una solución.
De acuerdo con el nuevo informe, el primer ministro de Canadá también escuchó a los asistentes de la Casa Blanca, incluido el director del Consejo de Seguridad Nacional, Juan González, que quería conectar a los funcionarios de seguridad nacional canadiense con el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Político también indicó que Brian Clow, subjefe de gabinete de Trudeau, ayudó a coordinar la discusión de Trudeau-Biden, que tuvo lugar el 11 de febrero y preparó al primer ministro para esa llamada con una nota puntual y un mensaje claro “Ottawa tenía un plan para poner fin a los bloqueos” y la nota terminaba con un llamado al presidente: “Estamos juntos en esto. Nos beneficiamos de nuestras cadenas de suministro integradas. Algunos políticos estadounidenses abogan por más proteccionismo. Eso es un error”.
Durante su testimonio el jueves, Freeland le dijo a la comisión que el ritmo de las interacciones transfronterizas durante la crisis fue inusualmente rápido. Las reuniones que normalmente requerían notificación previa y esfuerzo para organizarse se llevaron a cabo dentro de las 24 horas.