Gran Bretaña y el mundo dieron el último adiós a la reina Isabel II en un funeral de estado el lunes al que asistieron presidentes y reyes, príncipes y primeros ministros.
Las multitudes se congregaron en las calles de Londres para honrar a un monarca cuyo reinado de 70 años definió una era.
En un país conocido por la pompa y el boato, el primer funeral de estado desde el de Winston Churchill estuvo lleno de espectáculo. Los marineros de la Royal Navy llevaron el carro de armas que transportaba el ataúd de Isabel a la Abadía de Westminster. El rey Carlos III y sus hijos, los príncipes William y Harry, caminaban detrás mientras tocaban los gaiteros. Los portadores del féretro luego llevaron el ataúd a la Abadía.
Alrededor de 2000 personas, desde líderes mundiales hasta trabajadores de la salud, se reunieron para llorarla. El funeral llegó a su fin con dos minutos de silencio observados en todo el Reino Unido.
El lunes ha sido declarado feriado público en honor a Isabel, quien falleció el 8 de septiembre.