La Cláusula de Establecimiento de la Primera Enmienda prohíbe al gobierno establecer una religión o mostrar preferencia por una religión sobre otra, y la AHA afirmó que la decisión de la ciudad violó esta cláusula. El grupo afirmó que la vigilia de oración era un respaldo del gobierno al cristianismo y que a los ciudadanos no cristianos no se les permitía asistir a la reunión abierta.
La comunidad Faith in Action, una organización cristiana con sede en Ocala, organizó la vigilia de oración que tuvo lugar en 2014. En el evento se oraron por las víctimas del virus del Ébola y se expresó apoyo a los profesionales médicos que luchan contra la enfermedad.
Según los informes, la ciudad de Ocala le dio permiso al grupo para realizar el evento en un parque público, pero solo después de que obtuvieron un permiso y cumplieron con una serie de requisitos, incluida la abstención de cualquier comentario o acción discriminatoria. Debido a que se cumplieron las condiciones, todo salió según lo previsto.
En su demanda contra la ciudad, la AHA afirmó que la vigilia de oración había violado la Cláusula de Establecimiento de la Primera Enmienda. Un tribunal inferior inicialmente desestimó el caso, pero el Tribunal de Apelaciones del Undécimo Circuito lo restableció más tarde.
La ciudad de Ocala apeló el fallo ante la Corte Suprema con el argumento de que la vigilia de oración fue un evento privado organizado por una organización religiosa y que la ciudad no apoyó ni fomentó ninguna religión específica. La decisión del tribunal inferior fue esencialmente confirmada por la Corte Suprema cuando se negó a escuchar el caso.
Organizaciones cristianas y grupos conservadores aplaudieron la decisión porque creen que el gobierno no debería imponer restricciones a la libertad de religión de las personas. Afirman que la demanda de la AHA fue un esfuerzo por silenciar a los cristianos y desterrar la religión de la plaza pública.
Los detractores de la decisión sostienen que establece un precedente arriesgado, da permiso al gobierno para promover la religión y tratar injustamente a los ciudadanos no religiosos. Según ellos, la decisión de la Corte Suprema debilita la idea de la separación de la iglesia y el estado y hace posible otras reuniones religiosas patrocinadas por el gobierno.