Bernardo Arévalo presidente electo de Guatemala, hizo público una acusación de intento de subversión en su nación con el propósito de impedir su investidura.
En una rueda de prensa, Arévalo expresó que «se constata la presencia de un grupo de figuras políticas y funcionarios inmersos en actos de corrupción que se resisten a admitir los resultados electorales y han desencadenado una estrategia para desestabilizar el orden constitucional, poniendo en peligro los principios democráticos».
«Afrontamos en la actualidad una situación de intento de subversión en la cual el sistema judicial se ha convertido en un instrumento para menoscabar el sistema judicial mismo, evitando la manifestación de la voluntad popular expresada en total libertad», agregó el presidente electo.
Arévalo se impuso en las elecciones presidenciales de Guatemala el 20 de agosto como cabeza del partido progresista Movimiento Semilla, que se encuentra actualmente bajo investigación de la Fiscalía por presuntas irregularidades relacionadas con la recopilación de firmas para establecer el grupo político.
El lunes 28 de agosto, el Tribunal Supremo Electoral ratificó los resultados de los comicios, con el 60,91% de los votos válidos otorgados a la fórmula Arévalo-Karin Herrera. Sin embargo, en ese mismo día, el Movimiento Semilla recibió una suspensión provisional por parte de una instancia judicial.
En meses recientes, las autoridades electorales habían restringido la participación en las elecciones de varios aspirantes cuyos perfiles se alejaban de la corriente conservadora oficial.
De acuerdo a la BBC (https://www.bbc.com/mundo/articles/cldg7102qk3o?at_medium=RSS&at_campaign=KARANGA) News, la controversia persistió cuando la Corte de Constitucionalidad (CC) ordenó que los resultados de la primera vuelta no fueran oficializados hasta que se llevara a cabo una nueva verificación de los registros.
El director de la Fiscalía Especial contra la Corrupción, Rafael Curruchiche, quien también se encuentra en la lista del Departamento de Estado de los EE. UU. de «actores corruptos y contrarios a la democracia», anunció la suspensión del Movimiento Semilla debido a las supuestas irregularidades en la obtención de firmas para su creación como partido.
En respuesta, Arévalo calificó esta decisión como un «golpe de Estado técnico».No obstante, la CC detuvo la orden judicial, argumentando que ningún partido político puede ser disuelto durante el desarrollo de un proceso electoral, lo que permitió nuevamente la participación del candidato en la segunda vuelta, donde Arévalo obtuvo una victoria convincente.