Los residentes que entregan las armas en el parque Simms, de la ciudad de Bellflower, lo hicieron en una forma completamente anónima y sin que les preguntaran sobre dónde o por qué tenían dichas armas.
En total, las autoridades recompraron 142 armas, pero a cambio entregaron tarjetas de regalo de $50 para armas que no funcionaban, $100 para armas que si servían, $200 para armas fantasmas, y $300 para rifles de asalto.
De acuerdo a la oficina del alguacil del condado de Los Ángeles, las armas que son recolectadas, las llevan para registrar la información a sus oficinas y después las llevan para que sean destrozadas en una fundición de metales.
No tan solo había residentes de Bellflower, también llegó gente de ciudades cercanas en el condado de Los Ángeles, e inclusive de la ciudad de San Diego.
Del total de armas recolectado, 4 eran de las denominadas fantasma. Un tipo de arma que no tiene número de serie y no puede ser rastreada.
Los residentes tenían las armas listas en sus cajuelas cuando llegaban al parque; enseguida los alguaciles se dirigían a la cajuela desde donde las tomaron, no sin antes revisar que no estuvieran cargadas.
Después de que las armas eran registradas por los alguaciles, un agente llevaba la tarjeta de regalo con el precio adecuado al residente y así pasaron más de cien vehículos entregando sus pistolas o rifles.
Casi una hora y media antes de que el evento de recompra de armas empezará, los residentes de la ciudad estaban listos para entregar armas que ya no deseaban.
La fila de los vehículos era tal que se tuvieron que formar desde adentro del parque Simms hasta afuera en la calle.
Cuando las autoridades se dieron cuenta de que la fila estaba tan larga, la oficina de la Supervisora del cuarto distrito del Condado de Los Ángeles, Janice Hahn, y el Departamento del Alguacil del Condado de Los Ángeles decidieron empezar el evento más temprano de lo planeado.