Los casos de abuso sexual dentro de la Iglesia católica despertaron una cloaca de encubrimientos e irregularidades que han lastimado profundamente a varias personas, principalmente las víctimas, pero también a sus familiares y a aquellos que profesan esa fe. Un caso relacionado a este problema es la investigación en contra de tres tres obispos mexicanos acusados de encubrir actos de pederastia.
De acuerdo con el diario El Universal, los obispos de Piedras Negras, de Culiacán y de Irapuato, Alonso Gerardo Garza Treviño, Jonás Guerrero Corona y Enrique Díaz Díaz, respectivamente, están siendo investigados por El Vaticano por encubrir abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes, datos proporcionados por Anne Barret Doyle, codirectora de Bishop Accountability.
En conferencia de prensa virtual, Barret Doyle destacó que en México los obispos, arzobispos y superiores de congregaciones religiosas que encubren a sacerdotes pederastas se mantienen en el poder impunemente. Por ello, exhortó a las autoridades civiles y al papa Francisco a investigar el encubrimiento, entregar a los encubridores a la justicia y expulsar a los jerarcas católicos cómplices.
En 2020, el medio digital de información religiosa Crux informó que observadores tanto de México como del Vaticano estimaban que el 50% de los obispos mexicanos habían manejado de manera inadecuada las denuncias de abuso y algunos continúan haciéndolo en la actualidad.
La organización refirió que, aunque las autoridades religiosas se comprometieron a tener tolerancia cero hacia el abuso, los jerarcas católicos mexicanos permiten que muchos sacerdotes acusados permanezcan en el ministerio.